La implantación de las zonas de bajas emisiones (ZBE), recogida en la Ley de Cambio Climático y Transición Energética (2021) y en el Real Decreto 1052/2022, avanza a paso lento en España. De las 149 ciudades obligadas a aprobar la ordenanza, solo 55 lo han hecho, lo que supone un 37%, de acuerdo con el fabricante español de motos eléctricas Velca, a partir de informes del RACE y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). Esta brecha regulatoria está afectando directamente al impulso de la movilidad eléctrica en el país.
Velca señala que la parálisis institucional no solo se refleja en la aplicación de las ZBE, sino también en el diseño y entrega de planes de incentivos eficaces. Emilio Froján, consejero delegado de la compañía, advierte de que “más de un millón de motos circulan en España sin etiqueta ambiental” y denuncia que la atención se centra casi exclusivamente en los coches, dejando a un lado el papel de las dos ruedas en la transición energética.
Crear un clima de confianza para los ciudadanos, acompañado de información y facilidades, es clave, sostiene la compañía, que reclama una actuación política más decidida.
Más de un millón de motos circulan en España sin etiqueta ambiental
Otro de los frenos detectados es el retraso en la entrega de ayudas del Plan Moves III. Según Velca, los españoles esperan de media dos años para recibir la subvención, lo que resta eficacia al plan y frena la compra de vehículos eléctricos. A ello se suma que diez comunidades autónomas —Aragón, Asturias, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana, Extremadura, Murcia, Navarra— y Melilla mantienen bloqueada la convocatoria de estas ayudas.
En los territorios que sí han publicado las convocatorias, como en la Comunidad de Madrid, los fondos se agotaron en apenas unas semanas, obligando a crear listas de espera.
Velca también reclama un desarrollo más eficaz de la infraestructura de recarga para motos y ciclomotores eléctricos. A su juicio, el despliegue actual está centrado en turismos y no atiende las necesidades de las dos ruedas. Como propuesta, la compañía sugiere instalar enchufes domésticos de 220V en calles, garajes y viviendas, una solución de bajo coste que permitiría recargar motos y ciclomotores en pocas horas.
Con este tipo de medidas, defienden, se podría acelerar la electrificación de un sector que todavía carece de un plan específico y que necesita un mayor respaldo institucional.
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