“Las acciones de Solaria estuvieron en el ojo de los inversores durante todo el año 2020, con mayor intensidad después de la victoria de Joe Biden en EEUU, tras apostar por la energía verde. Desde entonces, las acciones de la empresa española continuaron conquistando máximos tras máximos, hasta el pasado 7 de enero, cuando la ‘gasolina’ se terminó”, señala Diego Morin, analista de IG Markets, en una nota.
A partir de ese momento, las acciones de Solaria comenzaron a desinflarse, viéndose perjudicada por el informe de Goldman Sachs sobre el sector de renovables, el cual estaba por encima de los precios estimados y existía la posibilidad de la ‘creación’ de una especie de burbuja en el sector. Desde entonces, Solaria ha perdido más de un 40% desde sus máximos, para conseguir frenarse en la jornada de ayer por encima de los 18,00 euros.
Sin embargo, un punto a favor para los operadores es que, si contamos el ascenso de Solaria desde los mínimos de marzo, sus acciones han ascendido más de un 230% hasta los 18,60 euros que marca hoy. “A partir de ahora, el reto estará en interpretar el volumen de los inversores, ya que si no encuentra fuerza para recuperar los 20,00 euros, podríamos ver mayores descensos”, avisa Morín.
Ante este hecho, algunos hedge funds de Londres han incrementado sus posiciones bajistas en el mercado de renovables, entre ellos Kuvari Partners. “Finalmente, tendremos que seguir la evolución de la empresa española, ya que pese a la debacle de las últimas semanas, su proyecto presenta un gran desarrollo para los próximos 10 años”, señala el experto.
