“Como saben, España está plenamente comprometida con la OTAN. La crueldad de Putin y su total desprecio por el derecho internacional y los derechos humanos constituyen una amenaza existencial que no puede ignorarse ni subestimarse”, arranca la misiva de Sánchez al máximo responsable de la Alianza Atlántica. Ante esto, el jefe del Ejecutivo defiende “una OTAN más fuerte”.
Dicho esto, apunta que en los últimos años España ha sido el cuarto país de la OTAN con el “mayor incremento medio anual en gasto en defensa —alcanzando el 2% de su PIB en 2025— y actualmente está presente en las misiones de la Alianza con miles de militares y equipamiento de primera categoría”.
“Quiero asegurarles que España seguirá cumpliendo con su deber en los próximos años y décadas y seguirá contribuyendo activamente a la arquitectura de seguridad europea”, asegura. Sin embargo, Sánchez destaca que “no puede comprometerse con un objetivo de gasto específico en términos de PIB” en la próxima Cumbre de la OTAN. Y, a continuación, le expone las razones para ello.
Gasto del 2,1%
En primer lugar, explica, “porque no es necesario para cumplir nuestros compromisos con la Alianza”. Junto a esto, señala que no todos los países necesitan llegar al 5% de su PIB. “España, en particular”, sostiene en la carta, “requerirá un gasto del 2,1%”, lo que se traduce en “una inversión suficiente para adquirir y mantener” al personal del ejército, al equipo y las infraestructuras solicitadas por la Alianza.
“Para España, comprometerse con un objetivo del 5% no solo sería irrazonable, sino también contraproducente, ya que la alejaría aún más del gasto óptimo y obstaculizaría los esfuerzos continuos de la UE para fortalecer su ecosistema de seguridad y defensa”, asegura.
El presidente del Gobierno coincide en que la UE debe ayudar a los Aliados “a mejorar su interoperabilidad, su proceso de adquisición y su base industrial para contribuir de forma más decisiva a disuadir a Rusia y reequilibrar la carga de defensa transatlántica, sin olvidar las amenazas provenientes del flanco sur”. En este sentido, teme que “un aumento precipitado del 5% perjudicaría este proceso”. Entre otras cosas, ralentizando el crecimiento económico.
Estado del bienestar
La última razón que impide a España comprometerse con el objetivo del 5%, esgrime Sánchez, es que dicho nivel de gasto “sería incompatible con nuestro estado de bienestar y nuestra visión del mundo”.
“Alcanzar un gasto de defensa del 5% será imposible” para España “a menos que se produzca a costa de aumentar los impuestos a la clase media, recortar los servicios públicos y las prestaciones sociales para sus ciudadanos y reducir su compromiso con la transición verde y la internacionalización”, alega en la misiva.