Ha hecho estas declaraciones durante su intervención en el Pleno del Congreso para dar cuenta de la cumbre de la OTAN de La Haya, el Consejo Europeo y la cumbre sobre la Financiación para el Desarrollo de la ONU de Sevilla de la semana pasada, el segundo del día tras la sesión matutina en la que ha abordado el ‘caso Cerdán’.
En ese sentido, según Europa Press, espera que la UE tome las medidas “adecuadas” contra Israel, después de que este pidiera cancelar el acuerdo de asociación de la UE con este país y advierte de que está llevando a cabo el peor “genocidio” del siglo en la Franja de Gaza.
Sánchez ha venido defendiendo que el Ministerio de Defensa y las Fuerzas Armadas han cifrado en un 2,1% sobre el PIB el gasto necesario para que España alcance los requerimientos militares de la OTAN y por tanto llegar al 5% que exigía Estados Unidos sería contraproducente e impediría sostener el Estado del Bienestar.
Así ha indicado que es consciente de que para Rutte ese 2,1% es “insuficiente” y considera que todos los estados aliados deben llegar al 5%, pero considera que no cuenta con la información necesaria para hacer esa cuenta. “El secretario general carece de los datos de la capacidad y del mandato para realizar ningún cálculo para España o para cualquier otro aliado”, ha señalado.
Obligaría a “derrochar” más dinero de los contribuyentes
En la misma línea ha cargado contra los Grupos Parlamentarios que no dan credibilidad a la senda fijada por Sánchez. “Yo, a diferencia en este caso de otros partidos políticos del arco parlamentario, sí me fío de lo que dicen los técnicos de nuestras Fuerzas Armadas”, ha recalcado, recoge la citada agencia.
Por tanto insiste en que elevar el gasto al 5% no hará que España esté más protegido sino que obligaría a “derrochar” más dinero de los contribuyentes en contratos a “industrias extranjeras” y alejaría a España de su deber de crear una “Unión Europea de Seguridad y de Defensa”.
Sánchez ha sacado pecho de haber dicho “no” a la exigencia que marcó la OTAN y ha reiterado que pasar del 2% al 5% sería una “línea roja” que obligaría a subir “drásticamente” los impuestos a la clase media y a recortar “severamente” las prestaciones sociales y reducir la inversión en servicios públicos y supondría “volver a la pesadilla de los recortes y de la austeridad con un coste social inmenso”.