El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, no quiere que nada ‘contamine’ las negociaciones con ERC. El líder del PSOE mide mucho sus declaraciones y evita cualquier encontronazo con los republicanos catalanes. Y así lo ha hecho este viernes en la rueda de prensa posterior a la cumbre de la UE en Bruselas, en la que le han preguntado por la entrevista de Oriol Junqueras a La Razón, en la que advertía que votarán ‘no’ si no hay mesa de negoción entre gobiernos.
“El diálogo tiene que ser el método para resolver los conflictos políticos”, ha afirmado Sánchez, que ha sostenido que esto debe hacerse “en el marco de la seguridad jurídica que emana de las leyes democráticas”. Otra cosa es su actitud respecto al presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, con quién conversará por teléfono el martes a primera hora de la mañana, y que ve un gesto insuficiente esta llamada.
Al líder socialista le “llama la atención que quien reclama diálogo critique el diálogo con él y con el resto de presidentes” y ha insistido en que la necesidad de que en este proceso de investidura “seamos conscientes todas las instituciones de que tenemos que poner el país en marcha”.
Para el jefe del Ejecutivo los 155 diputados que suman PSOE y Unidas Podemos es una propuesta lo “suficientemente sólida” para que el resto de partidos la tengan en cuenta a la hora de decidir si la apoyan o no. Dicho esto, se ha dirigido al PP, otra vez. “Lo que me llama la atención es la posición del PP”, cuya actitud ha resumido de la siguiente manera: “consejos doy que para mí no tengo”. “Es bastante sencillo, se podría abstener”, ha destacado Sánchez.
Desde las filas del Gobierno aún no se cierra la puerta a que la investidura sea antes del 31 de diciembre. Fuentes de Moncloa han remarcado en las últimas horas que las negociaciones con ERC “avanzan” y no descartan que el Congreso acoja esta cita antes de terminar el año.
