Un grupo de niños asiste a una escuela situada en la provincia de Hajjah, en el noroeste de Yemen
La reducción del 24% en la financiación educativa amenaza no solo la enseñanza, sino también servicios básicos como comedores y atención médica en 28 países.
La Unicef advierte que el ajuste previsto para el próximo año asciende a 3.200 millones de dólares menos en programas educativos. El 80% de esta reducción proviene de tres gobiernos: EEUU, Alemania y Francia, que hasta ahora estaban entre los principales financiadores de la educación infantil global.
Una tercera parte de los seis millones de nuevos niños no escolarizados vive en zonas de conflicto o en países golpeados por desastres naturales. Entre ellos, se encuentran unos 350.000 refugiados rohinyás en Bangladés, cuya educación básica quedará suspendida.
El futuro de millones de niños queda en suspenso, advierte Unicef, al señalar que cada dólar recortado en educación es un golpe directo contra sus oportunidades de desarrollo
La retirada de fondos afectará sobre todo a países de África central y occidental, el Magreb y Oriente Medio, donde el dinero de la ayuda internacional sostiene gran parte de los sistemas educativos. Con la excepción de Birmania, son estas regiones las que más sufrirán las consecuencias del ajuste.
Además, la reducción no se limita a la enseñanza formal. Muchos comedores escolares, que representan la única comida nutritiva diaria de miles de menores, se verán obligados a cerrar. También desaparecerán botiquines médicos básicos en escuelas rurales y de campos de refugiados.
| Concepto | Cifra estimada 2026 | 
|---|---|
| Niños fuera del sistema escolar | 278 millones | 
| Aumento respecto a 2025 | +6 millones | 
| Reducción de financiación | 24% | 
| Fondos perdidos | 3.200 millones de dólares | 
| Países más afectados | 28 | 
| Principales donantes que recortan | EEUU, Alemania, Francia (80% del total) | 
Algunos países como Corea del Sur, España, Italia y Dinamarca han anunciado un aumento de sus contribuciones, pero los montos comprometidos no alcanzan a compensar las pérdidas. Según Unicef, los 28 países que dependen en gran medida de la cooperación internacional perderán un cuarto de sus ingresos educativos, un golpe que amenaza con debilitar décadas de avances.
La pérdida de apoyos abre la puerta a un aumento del trabajo infantil y del abandono escolar, especialmente en contextos de pobreza extrema
La directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell, resume la gravedad de la situación: “Cada dólar que se recorta en educación no es una mera decisión presupuestaria, es el futuro de un niño pendiente de un hilo”. Con ello, advierte de que el impacto se sentirá no solo en la educación, sino también en la salud, la seguridad y la estabilidad de comunidades enteras.
La comunidad internacional se enfrenta a la necesidad urgente de revertir estos recortes y garantizar que la educación siga siendo un pilar fundamental de la cooperación. Sin un cambio de rumbo, millones de niños —especialmente en regiones frágiles— quedarán condenados a crecer sin acceso a la escuela, con consecuencias irreversibles para su futuro y el de sus sociedades.
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