La infancia vuelve a ser la gran víctima silenciosa de los conflictos armados. El último informe de la ONU sobre Niños y Conflictos Armados revela que 2024 ha sido el peor año desde que se tienen registros, con una escalada alarmante de abusos cometidos por tanto por actores no estatales como por gobiernos. En medio de bombardeos, desplazamientos forzosos y bloqueos humanitarios, los menores no solo pierden su presente, sino también su futuro.
Más de uno de cada cinco abusos en conflictos armados se cometieron en Gaza en 2024, según el informe de la ONU
Gaza, epicentro de las violaciones contra la infancia
Israel y los territorios palestinos ocupados, especialmente la Franja de Gaza, encabezan la lista de lugares con mayor número de violaciones graves contra niños. Solo en esta región se han documentado 8.554 casos, más del 20% del total global y más del doble que en el segundo país con más abusos: la República Democrática del Congo.
Entre los crímenes más frecuentes se encuentran los asesinatos y mutilaciones, que suman 11.967 casos, seguidos por la denegación de ayuda humanitaria y el reclutamiento de menores por grupos armados, ambos con más de 7.000 incidentes.
Niños víctimas múltiples: un fenómeno creciente
La ONU advierte también del aumento del 17% de casos en los que un niño es víctima de múltiples abusos, como secuestros, violencia sexual y utilización forzada en combate. Estas situaciones agravan el trauma y dificultan la posterior reintegración a la vida civil.
Virginia Gamba, representante especial de la ONU para los Niños y los Conflictos Armados, denuncia que «los gobiernos y los grupos armados están ignorando flagrantemente la ley internacional», la cual protege a toda persona menor de 18 años.
«No podemos permitir que la infancia sea una víctima más de la guerra. El momento de actuar es ahora», concluyó Virginia Gamba
Gobiernos y grupos armados, ambos responsables
El informe detalla que, si bien los actores no estatales son los principales responsables de reclutar niños, los gobiernos son los más señalados por asesinatos, mutilaciones, ataques a escuelas y hospitales, así como por la obstrucción de la ayuda humanitaria.
Además, 3.018 menores fueron detenidos en 2024 por su vinculación con grupos armados, un dato alarmante que la ONU remarca para recordar que estos niños deben ser tratados como víctimas, no como criminales.
Una luz de esperanza: reintegración y apoyo
Pese al sombrío panorama, el informe también recoge un dato positivo: 16.500 menores anteriormente vinculados a grupos armados recibieron apoyo para su reintegración en la vida civil.