“Aplicar la ley no es revancha”, ha proclamado el portavoz del PP en esta Comisión del Senado, Fernando de Rosa, que ha sido uno de los parlamentarios que se han mostrado más críticos con estos indultos a los presos independentistas.
Durante su intervención, recoge Europa Press, el senador popular ha afeado a Campo que hablara de darle “normalidad” a estos indultos y le ha recordado que “su obligación es defender la Constitución y a los tribunales”. En este sentido, De Rosa también ha hecho referencia a las palabras del Gobierno para justificar esta decisión, en las que hablan de olvidar la revancha. Tal y como ha asegurado, si unos presos “no se arrepienten, no pueden obtener un perdón por mucho que un Gobierno dependa de sus votos”.
“Acepte el informe del Tribunal Supremo, de esta manera se eviten las crisis constituyentes”, ha subrayado el senador del PP, que, a su vez, ha pedido al ministro que renuncie a reformar los delitos de sedición y rebelión.
En otro orden de cosas, el portavoz popular ha pedido al ministro que cese a la fiscal general del Estado, Dolores Delgado, “la Lola de Villarejo”, para, según ha dicho, “mejorar la imagen del Gobierno y de la Fiscalía”.
“Tienen un problema”
En parecidos términos se ha expresado el portavoz de Ciudadanos, Miguel Sánchez López, que ha cargado contra el Ejecutivo reconociendo que tienen “un problema” con los indultos y afeando al ministro de Justicia que hable de verlos con “naturalidad”.
Así, ha acusado al Gobierno de “reescribir” la sentencia del ‘procès’ y ha insistido, como los grupos de la oposición, en pedir al Gobierno que escuche al Supremo y reconsidere su posición respecto a conceder estos indultos.
En este contexto, el senador de Ciudadanos ha recalcado que el informe del Supremo asegura que no existe arrepentimiento por parte de estos encarcelados. “No cometan este disparate”, ha sentenciado el portavoz de la formación de Inés Arrimadas.
Por su parte, el senador de Vox José Manuel Marín Gascón ha dejado para la parte final de su discurso una crítica hacia el Ejecutivo y a Campo, a los que ha acusado de “forzar la letra de la Constitución” y recordando que “no existe arrepentimiento”.
