Portugal

Portugal incorpora la pérdida de nacionalidad al Código Penal para casos de condenas graves

El Parlamento portugués aprueba una reforma del Código Penal que permite retirar la nacionalidad a quienes tengan otra ciudadanía y sean condenados a prisión de cuatro años o más.

El Parlamento de Portugal (Foto: Europa Press/Contacto/Hugo Amaral)
El Parlamento de Portugal (Foto: Europa Press/Contacto/Hugo Amaral)

El Parlamento de Portugal ha aprobado una enmienda al Código Penal que habilita la pérdida de la nacionalidad portuguesa como pena accesoria para los nacionalizados con doble ciudadanía que sean condenados por delitos graves. La medida, impulsada por el Gobierno conservador de Luís Montenegro, salió adelante gracias al apoyo de Chega e Iniciativa Liberal, y ha abierto un intenso debate sobre su encaje constitucional.

Antes de esta votación, el Ejecutivo ya había planteado endurecer la Ley de Nacionalidad, aumentando los plazos de residencia y limitando los supuestos de naturalización. Con la aprobación de esta reforma penal, Portugal se sitúa entre los países europeos que permiten retirar la nacionalidad por condenas severas, como Francia o el Reino Unido.

Una mayoría amplia gracias al apoyo de la derecha y la ultraderecha

El texto obtuvo 157 votos a favor y 64 en contra, superando con holgura la mayoría absoluta necesaria. Respaldaron la norma el Partido Socialdemócrata (PSD) de Montenegro, el CDS-Partido Popular, el ultraderechista Chega y Iniciativa Liberal, mientras que el Partido Socialista (PS) y el Bloco de Esquerda votaron en contra.

El Gobierno portugués defendió que la medida “protege el valor de la ciudadanía” y refuerza la confianza social en el Estado de derecho

El primer ministro negó incomodidad por el apoyo de Chega y subrayó que su coalición “legisla para resolver problemas concretos de los ciudadanos”, minimizando el peso político de esa alianza circunstancial.

Qué cambia con la nueva ley

La enmienda introduce la pérdida de nacionalidad como sanción accesoria en casos de condena penal grave. Se aplicará sólo a nacionalizados con otra ciudadanía, para evitar situaciones de apatridia.

Condición Descripción
Pena mínima Condena de prisión efectiva igual o superior a cuatro años
Ámbito temporal Delitos cometidos dentro de los diez años posteriores a la adquisición de la nacionalidad
Requisitos El afectado debe poseer otra nacionalidad vigente
Recuperación Puede solicitarse diez años después de la cancelación de los antecedentes penales

La pérdida de nacionalidad no será automática: deberá ser impuesta por un juez como pena accesoria, tras valorar la gravedad del delito y la vinculación del condenado con el país

El Partido Socialista denunció que el PSD cedió a la presión de la ultraderecha, que proponía que la retirada fuera automática y se extendiera hasta veinte años.

Críticas y dudas de constitucionalidad

Juristas y organizaciones de derechos humanos alertan de que la norma podría vulnerar el principio de igualdad, al establecer un trato distinto entre portugueses de origen y nacionalizados. También apuntan a posibles conflictos con convenios internacionales que prohíben sanciones discriminatorias basadas en el origen.

La distinción entre “portugués de nacimiento” y “portugués adquirido” genera inquietud en el ámbito jurídico y podría acabar ante el Tribunal Constitucional

El presidente Marcelo Rebelo de Sousa aún debe decidir si promulga la ley o la remite al Tribunal Constitucional para revisión. El Gobierno confía en que sea ratificada en las próximas semanas.

Portugal endurece su política de ciudadanía

La medida se suma a otras reformas recientes que endurecen las condiciones para obtener la nacionalidad:

  • Aumento del tiempo de residencia legal hasta diez años.

  • Exigencia de un nivel superior de conocimiento del idioma portugués.

  • Limitaciones a quienes tengan antecedentes penales o vínculos insuficientes con el país.

Portugal pasa así de un modelo de nacionalización inclusivo a uno más restrictivo, alineado con las tendencias de la Europa conservadora

Según estimaciones de la Secretaría de Estado de Justicia, más de 95.000 personas nacionalizadas en la última década podrían quedar potencialmente afectadas por la reforma si se dieran las condiciones legales.

Un cambio de rumbo en la idea de ciudadanía

La aprobación de esta medida marca un punto de inflexión en la política portuguesa de inmigración y ciudadanía. Si bien sus defensores la consideran una herramienta de protección institucional, sus críticos advierten que rompe el principio de igualdad ante la ley y crea categorías dentro de la ciudadanía.

Con la pérdida de la nacionalidad como sanción penal, Portugal da un paso que trasciende el ámbito judicial para situar la ciudadanía en el centro del debate político. El equilibrio entre seguridad y derechos será ahora la gran prueba de esta reforma en su aplicación práctica.

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