Pobres ranas

Operación Lezo

Pobres ranas

Esperanza Aguirre, la ex presidenta de Madrid y un montón de ex cosas más, ha puesto a las pobres ranas al nivel de sus colaboradores más corruptos.

Esperanza Aguirre, expresidenta de la Comunidad de Madrid

Pero, pregunto al respetable, ¿qué han hecho las ranas para que las tengamos día y noche saliendo de juzgados y entrando en establecimientos penitenciarios? Es decir, cárceles para abreviar. Esperanza Aguirre, la ex presidenta de Madrid y un montón de ex cosas más, ha puesto a las pobres ranas al nivel de sus colaboradores más corruptos. Y todo el mundo ha empezado a meterse con ellas tal y como si hubiesen emergido de las ciénagas del poder con la piel pintarrajeada de billetes de quinientos euros. Si hasta ahora no consta que hayan robado a nadie ni mucho menos trincado dinero público… ¡Hay que joderse!

Son batracios, ya lo sé, y su especie produce cierto rechazo a la vista e imagino que al olfato y al tacto. Y puestas a croar, cantan mal, nada comparable con sus presuntos homólogos corruptos que, viéndose en apuros frente a un juez, entonan hasta La Traviata. Pero que produzcan asco y que no nos recuerden a la Callas no quiere decir que sean ni condenables ni despreciables. Incluso hay quien disfruta comiendo sus ancas sin necesidad de tener que ponerlas en manos de alguna estrella Michelín para pagar luego un pastón. Esperanza Aguirre, alias la ex lideresa del PP, las ha degrado a la condición de delincuentes.

No hay derecho. Las ranas son asquerosillas porque Dios las hizo así no porque la UCO de la Guardia Civil las haya cogido in fraganti metiendo el hocico en ninguna caja. Es injusto, sí, que se las compare con los trincones, evasores fiscales y exportadores a paraísos donde Montoro carece de mando en plaza. La ex lideresa se equivocó y debería apresurarse a rectificar antes de llorar. Quizás cuando dijo que sus colaboradores le habían salido ranas debería haber dicho que le habían salido Bárcenas, Matas, Fabras… etcétera.

A mi pasarle la mano por el lomo a una rana me produce repeluzno. Pero ante la injusticia de verlas equiparadas con personajes de semejante ralea, no puede por menos que impulsarme a salir en su defensa. Y opino que el juez Eloy Velasco debería hacer constar en el Sumario que ni una sola rana de cuantas chapotean en el Manzanares ni afluentes se han enriquecido con los impuestos del común. También las ranas tienen derecho a que la Justicia proteja su honor, ¡coño!.

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