Europa llegó al tercer trimestre con un pulso irregular, pero reconocible: el sur crece apoyado en servicios y demanda interna, el núcleo industrial aún acusa el enfriamiento del comercio y el ajuste energético.
España volvió a tirar por consumo e inversión; Francia sorprendió por exportaciones y producción; Alemania encadenó un trimestre plano con el sector exterior como lastre; Italia, otra vez, en tierra de nadie.
En el agregado, el segundo trimestre —último comparable para los Veintisiete— ya había dejado una UE que apenas avanzaba, mientras el ránking por países se abría como un abanico
El momentum del verano lo cambiaron las grandes, y se nota en la foto: España resistió mejor que sus pares, Francia aceleró y el binomio Alemania–Italia se quedó sin chispa
La última foto: España y Francia empujan
La economía española creció un 0,6% en el tercer trimestre gracias al empuje de la demanda interna y pese a un sector exterior que restó; el dato interanual quedó en 2,8%. Francia avanzó un 0,5% apoyada en exportaciones e industria. Alemania se estancó en el 0,0% —con las ventas al exterior renqueantes— e Italia repitió 0,0% tras la leve contracción primaveral. El patrón ya no es un bache coyuntural, sino un mapa de velocidades distintas
PIB trimestral 2025T3
| País | 2025T3 t/t |
|---|---|
| España | 0,6% |
| Francia | 0,5% |
| Italia | 0,0% |
| Alemania | 0,0% |
El ránking del segundo trimestre: del que más crece al que menos
Para ordenar el bloque completo conviene bajar un escalón temporal. En 2025T2, con metodología homogénea para todos, la UE avanzó un 0,2% t/t (0,1% la eurozona). Dinamarca, Croacia y Rumanía lideraron las tasas trimestrales; España se situó en el grupo alto; Alemania y Finlandia cerraron la cola. No hay milagros: servicios y turismo siguen aportando inercia al sur; manufacturas y comercio exterior continúan pesando en el centro y el norte
La divergencia trimestral de 2025T2 está más asociada a servicios, existencias y normalización energética que a un sprint industrial generalizado
Ranking 2025T2
| Puesto | País | 2025T2 t/t |
|---|---|---|
| 1 | Dinamarca | 1,3% |
| 2 | Croacia | 1,2% |
| 3 | Rumanía | 1,2% |
| 4 | Bulgaria | 0,9% |
| 5 | Polonia | 0,8% |
| 6 | España | 0,7% |
| 7 | Eslovenia | 0,7% |
| 8 | Estonia | 0,6% |
| 9 | Grecia | 0,6% |
| 10 | Portugal | 0,6% |
| 11 | Luxemburgo | 0,6% |
| 12 | Malta | 0,6% |
| 13 | Chequia | 0,5% |
| 14 | Chipre | 0,5% |
| 15 | Suecia | 0,5% |
| 16 | Letonia | 0,4% |
| 17 | Hungría | 0,4% |
| 18 | Francia | 0,3% |
| 19 | Lituania | 0,3% |
| 20 | Austria | 0,3% |
| 21 | Bélgica | 0,2% |
| 22 | Irlanda | 0,2% |
| 23 | Eslovaquia | 0,2% |
| 24 | Países Bajos | 0,1% |
| 25 | Italia | -0,1% |
| 26 | Alemania | -0,3% |
| 27 | Finlandia | -0,4% |
Quién tira del año y quién se rezaga: radiografía interanual
En tasa interanual (también 2025T2 para todos), el ránking se contamina menos por los dientes de sierra del trimestre y captura mejor el tono de fondo. Irlanda vuela —por la reubicación de actividad de multinacionales—; detrás aparecen Bulgaria, Chipre y Croacia. España aguanta en la parte alta con 2,8%, mientras Alemania apenas suma dos décimas y Luxemburgo sigue bajo cero
El diferencial de crecimiento interanual consolida a España en la zona alta y confirma la salida del bache en Bálticos y Europa central
Ranking 2025T2
| Puesto | País | 2025T2 a/a |
|---|---|---|
| 1 | Irlanda | 18,0% |
| 2 | Bulgaria | 3,4% |
| 3 | Chipre | 3,3% |
| 4 | Croacia | 3,2% |
| 5 | Lituania | 3,1% |
| 6 | Polonia | 3,0% |
| 7 | España | 2,8% |
| 8 | Chequia | 2,6% |
| 9 | Malta | 2,3% |
| 10 | Rumanía | 2,1% |
| 11 | Dinamarca | 1,9% |
| 12 | Portugal | 1,9% |
| 13 | Grecia | 1,7% |
| 14 | Países Bajos | 1,5% |
| 15 | Suecia | 1,4% |
| 16 | Bélgica | 1,0% |
| 17 | Eslovenia | 0,8% |
| 18 | Francia | 0,8% |
| 19 | Eslovaquia | 0,7% |
| 20 | Letonia | 0,6% |
| 21 | Estonia | 0,5% |
| 22 | Italia | 0,4% |
| 23 | Austria | 0,3% |
| 24 | Alemania | 0,2% |
| 25 | Hungría | 0,2% |
| 26 | Finlandia | 0,0% |
| 27 | Luxemburgo | -0,2% |
Cinco años que explican la brecha
El quinquenio 2020–2025 dejó cicatrices desiguales. La pandemia hundió la actividad, 2021 rebotó con fuerza, 2022 disparó costes energéticos y 2023 golpeó a la industria europea; 2024–2025 añadieron una inflación en retirada, tipos aún altos gran parte del periodo y nuevos aranceles que reconfiguraron flujos comerciales.
En este carril, España y Portugal llegaron a 2025 con un nivel de actividad por encima de 2019 gracias a servicios, turismo y empleo; Francia recuperó pulso con exportaciones y una inversión que empieza a volver; Alemania sigue ajustando su modelo exportador intensivo en energía y bienes de equipo; Italia consolidó algo de avance prepandemia, pero sin conseguir tracción sostenida de inversión.
Con los tipos a la baja, 2026 dependerá de si el alivio financiero llega a la inversión y de cómo evolucione la demanda externa en un mundo más proteccionista.
Europa crece, pero a varias velocidades; el reto ya no es salir del bache, sino cerrar las distancias.





