Por una vez (sin que sirva de precedente, y me disculpo de antemano por ello), permítanme ser grosero:
Me va a regular el uso de las palabras su puta madre. https://t.co/5UsCLyMHkc— Arturo Pérez-Reverte (@perezreverte) October 30, 2025
La medida pretende erradicar el uso del término cáncer como insulto o metáfora negativa en la vida pública. Sin embargo, ha abierto una intensa discusión sobre la frontera entre el lenguaje inclusivo y la censura, especialmente tras la respuesta de una de las voces más reconocibles de la literatura española.
Antes del primer ladillo, es importante contextualizar que el debate sobre el lenguaje y la enfermedad no es nuevo: asociaciones de pacientes y expertos en comunicación sanitaria llevan años pidiendo evitar expresiones como “batalla contra el cáncer” o “vencer la enfermedad”, al considerar que culpabilizan al paciente y distorsionan la realidad médica. Frente a ese planteamiento, Pérez-Reverte rechaza cualquier intento institucional de “regular el uso de las palabras”, al entenderlo como un riesgo para la libertad de creación y pensamiento.
Una proposición no de ley sin efectos sancionadores
La propuesta, defendida por la diputada socialista Isaura Leal, insta a los poderes públicos, medios de comunicación, entidades educativas y culturales a comprometerse con un uso respetuoso del término cáncer. Su objetivo es erradicar el lenguaje bélico o peyorativo vinculado a la enfermedad y fomentar una comunicación más empática y precisa.
Leal subrayó en el debate parlamentario que “en el cáncer no hay batalla que librar, no hay vencedores ni vencidos, no hay débiles ni fuertes”, insistiendo en que el lenguaje puede condicionar la percepción social y la actitud hacia quienes padecen la enfermedad.
Pese a ello, desde Vox, la diputada Blanca Armario argumentó que “los españoles no utilizan esta palabra para dañar a propósito, sino para comunicarse con toda la riqueza del idioma”. La proposición fue aprobada por amplia mayoría, aunque sin carácter vinculante.
El texto aprobado no tiene efectos legales ni sancionadores, pero sí implica un compromiso institucional con un lenguaje más cuidadoso
| Concepto | Detalle |
|---|---|
| Votos a favor | 307 |
| Votos en contra | 33 |
| Abstenciones | 6 |
| Naturaleza | Proposición no de ley (no vinculante) |
| Objetivo | Promover un uso responsable del término cáncer en el ámbito institucional |
La reacción del escritor: “No me van a decir cómo hablar”
Fiel a su estilo directo, Pérez-Reverte publicó un mensaje contundente en X: “Por una vez (sin que sirva de precedente, y me disculpo de antemano por ello), permítanme ser grosero: Me va a regular el uso de las palabras su puta madre”.
El autor de El capitán Alatriste interpretó la medida como un intento de imponer límites al lenguaje y expresó su rechazo frontal a cualquier regulación política o moral del vocabulario. Sus declaraciones encendieron un debate entre quienes defienden la libertad creativa y quienes sostienen que el lenguaje público debe reflejar sensibilidad social.
El comentario de Pérez-Reverte evidenció la división entre quienes ven la medida como censura y quienes la interpretan como una llamada al respeto
Lenguaje, salud y sociedad: un debate abierto
El trasfondo de la iniciativa conecta con otras medidas recientes como el “derecho al olvido oncológico”, que busca eliminar la discriminación hacia quienes han superado un cáncer. En ese contexto, el lenguaje se percibe como una herramienta para combatir estigmas y promover empatía.
Sin embargo, la crítica del escritor reabre la discusión sobre hasta qué punto el Estado debe intervenir en el lenguaje. Mientras unos consideran que esta sensibilización es necesaria, otros alertan de un posible exceso de corrección que pueda restringir la expresión individual.
Entre la empatía y la libertad
El choque entre Pérez-Reverte y la iniciativa socialista resume un dilema más amplio: cómo equilibrar el respeto hacia los pacientes con el derecho a expresarse sin censura. La discusión, que empezó con un tuit, ha terminado reflejando las tensiones entre cultura, política y sociedad.
El Congreso no prevé nuevas medidas legales sobre esta cuestión, aunque el tema ha reavivado un debate que, según los expertos, seguirá presente en la agenda pública.










