Paro en EEUU: no, las cifras semanales y mensuales no cuentan historias distintas (aunque lo parezca)

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Paro en EEUU: no, las cifras semanales y mensuales no cuentan historias distintas (aunque lo parezca)

El uso de esquemas similares a los ERTE en EEUU ha sido más común de lo que el mercado había sospechado.

Trabajadores

El viernes pasado el Departamento de Trabajo estadounidense sorprendía con unos datos de empleo mucho mejor de lo esperados: si el mercado había augurado la destrucción de 7,8 millones de empleos, los datos mostraban una ganancia de 2,5 millones; mientras, la tasa de paro bajaba al 13,7%, frente al 19% esperado. Las cifras semanales de solicitudes iniciales de subsidio de desempleo, sin embargo, no han traído una sorpresa similar y han vuelto a reflejar pérdidas de empleo millonarias. ¿Cómo se pueden conjugar ambas realidades en principio contrapuestas?

El Departamento de Trabajo ha informado este jueves de otras 1,54 millones de solicitudes iniciales de subsidio por desempleo. Eso empuja las reclamaciones iniciales totales, un indicador considerado bastante confiable, a una cifra de 44 millones en las últimas 12 semanas, aunque es también la décima disminución semanal consecutiva. Para hacerse una idea, el anterior récord, en la recesión de 1982, fue de 695.000 empleos destruidos.

Los reclamos continuos, o el número total de estadounidenses que reciben beneficios de desempleo, bajaron menos de lo esperado hasta situarse en 20,9 millones en la semana que terminó el 30 de mayo –estos datos se ofrecen con una semana de retraso-.

“La discrepancia [del dato de paro del pasado viernes] con las solicitudes semanales de desempleo es marcada”, reconocen los analistas de ABN Amro en un informe. “Creemos que esto se debe a que, aunque muchos trabajadores regresan a la nómina, probablemente sea con un horario reducido. Los empleados son elegibles para prestaciones incluso si permanecen en la nómina pero sus horas se han reducido, por lo que es probable que los trabajadores estén usando beneficios de desempleo para complementar sus ingresos”, explican estos expertos.

ABN Amro considera además que la oleada de desempleo durante la fase inicial de la pandemia “fue ampliamente malinterpretada”. “La abrumadora mayoría de las pérdidas de empleo no fueron lo que típicamente vemos en una recesión, sino que fueron bajas o despidos temporales. Como tal, siempre fue probable que muchos de estos trabajadores regresaran a sus trabajos cuando se aliviaran las restricciones”, señalan estos expertos, que no obstante reconocen que no esperaban que fuese a producirse tan temprano.

“Una razón podría deberse a un uso mucho más elevado del ‘Programa de Protección de Cheques de Pago’ (PPP por sus siglas en inglés) un esquema que proporciona financiación a las pequeñas empresas para mantener a los empleados en nómina. Inicialmente, esta financiación se clasifica como un préstamo, pero el préstamo puede ser perdonado si los empleados permanecen en sus puestos. Si bien la estructura es diferente, en última instancia es un esquema de subsidio salarial del tipo que vemos en toda Europa en la actualidad”.

Pese a la sorpresa positiva de los datos del pasado viernes, “desafortunadamente todavía es muy probable que un número significativo de bajas se conviertan en despidos permanentes”. “El proceso de reapertura continuará siendo gradual, y es probable que las restricciones de capacidad en el sector de la hostelería y la interrupción del turismo persistan durante mucho más tiempo. Como escenario base, seguimos esperando que alrededor de la mitad del personal despedido pierda sus empleos permanentemente”, apuntan los expertos.

Los analistas de otro banco holandés, ING, coinciden en que “la cautela aún está justificada”. “Es poco probable que la mayoría de los restaurantes y comercios necesiten tanto personal como antes de la pandemia, dado el distanciamiento social que limita el número de clientes”, y “muchas empresas pueden simplemente considerar que no es económicamente viable abrir en esta etapa y permanezcan cerradas, particularmente en las grandes ciudades donde los bloques de oficinas permanecerán cerrados por algún tiempo y no hay un flujo de clientes”.

Además, “dada la desaceleración de la actividad económica mundial, muchas empresas manufactureras y de servicios profesionales también pueden no necesitar tanto personal mientras se enfrentan al nuevo entorno económico de ganancias corporativas más débiles y niveles de deuda más altos”. Los expertos de ING recuerdan que incluso después de las cifras del otro día, “el empleo en EEUU sigue siendo 19,55 millones más bajo que en febrero”.

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