El ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, ha anunciado una enmienda clave a la Ley de Servicios de Atención a la Clientela (Ley SAC) para poner fin a las llamadas spam. Las empresas deberán identificar sus llamadas con un código numérico y, en caso contrario, las compañías telefónicas estarán obligadas a bloquearlas.
Además, todos los contratos obtenidos mediante llamadas no consentidas serán considerados nulos, y las empresas deberán renovar el consentimiento para llamadas comerciales cada dos años. Esta medida busca reforzar el poder de decisión de los consumidores sobre su privacidad.
Las llamadas comerciales no identificadas serán bloqueadas automáticamente por las operadoras
Más derechos para los consumidores en suscripciones online
La reforma de la Ley SAC contempla también nuevas obligaciones para las empresas que gestionan suscripciones online. Estas deberán:
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Informar con 15 días de antelación sobre la renovación de un servicio.
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Permitir la baja voluntaria sin trabas por parte del usuario.
Con ello se pretende evitar las renovaciones automáticas no deseadas, una práctica habitual que generaba quejas entre los consumidores.
Medidas contra las reseñas falsas en Internet
Otra de las novedades destacadas es la lucha contra las reseñas falsas. Solo se podrán publicar opiniones en los 30 días posteriores a una compra o servicio, y solo por personas que efectivamente hayan consumido el producto o servicio.
Las empresas podrán responder o solicitar la eliminación de reseñas cuando se demuestre que no son veraces o que han sido escritas por personas que no han realizado ninguna compra.
Se endurece el control de reseñas para garantizar opiniones reales y recientes
Precio final desde el principio
Por último, se reforzará la transparencia en los precios de bienes y servicios contratados online. Las empresas deberán mostrar el precio final desde el inicio del proceso de compra, incluyendo gastos de gestión, evitando así prácticas engañosas.
Este cambio responde a las prácticas habituales en sectores como la venta de entradas o billetes, donde los precios mostrados inicialmente no reflejan el coste total.