Embajada de EEUU en Cuba
Ya lo sabemos gracias al jefe de la diplomacia gringa, que antes de ocurrir en Cuba ese aun enigmático episodio acústico contra funcionarios estadounidenses y canadienses, el anónimo atacante ya le había causado ciertos trastornos considerados como leves a un representante de EEUU en China.
Las razones por las cuales Mike Pompeo, secretario de Estado, se ha aparecido ahora con esa noticia, enriquece todavía más la trama detectivesca que cubre el asunto y al que ninguna agencia de seguridad de la gran nación ha logrado dar pie con bola. En plan serio, con salpicaduras de cachondeo, o viceversa, el pistolero se trasladó de China a Cuba para ensordecer masivamente y de paso putear todavía más las relaciones con la Casa Blanca y perjudicar, por carambola como en el billar, al primer emisor de turismo a la isla.
El culebrón sigue en pie y debemos esperar próximas temporadas hasta saber quién, por qué y para qué apretó el gatillo.
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Otra vez, el pistolero sónico
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