Intentar regular Internet es como ponerle puertas al campo

Mi jefe dice...

Intentar regular Internet es como ponerle puertas al campo

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¿Hay que regular las redes sociales? ¿Cómo? ¿Cuánto? ¿En base a qué? Son todas ellas preguntas de nuestro tiempo. Pertinentes. Y, al mismo tiempo, de difícil respuesta. Un portavoz del PSOE en el Congreso ha instado al Gobierno a regular las redes sociales “ante la catarata de comentarios indignos que muchas personas desalmadas vertieron en las redes sociales», tras el asesinato este lunes de la presidenta de la Diputación de León y miembro del PP, Isabel Carrasco. Y entonces se ha montado un buen berenjenal.

¿Hay que regular las redes sociales? ¿Cómo? ¿Cuánto? ¿En base a qué? Son todas ellas preguntas de nuestro tiempo. Pertinentes. Y, al mismo tiempo, de difícil respuesta. Mi jefe opina que intentar regular Internet es como ponerle puertas al campo: una tarea complicadísima. Sí sería deseable que la gente se cortara un poco. ¿Pero censurar? Esas ya son palabras mayores.

Entre otras cosas porque lo que suelta un tipo en una red social es el equivalente a lo que suelta cualquiera en la barra de un bar ante unos conocidos. La repercusión, se entiende, no debería trascender ese entorno. Pero, claro, en Internet sí trasciende. Y hasta qué punto lo hace.

La sociedad se está reinventando. Sus herramientas. Sus formas de comunicarse. Sus formas de expresarse. Las consecuencias de todos estos actos. No sólo hablamos de Internet, eh. No hay más que leerse la crónica que aparecía el otro día en el diario El País sobre el premio que recibió en Washington el consejero delegado del Grupo Prisa, Juan Luis Cebrián. Éste, al parecer, ensalzó la figura de Eisenhower como un tipo clave en la democratización de España. Ya ven cómo cambian ciertas percepciones de la realidad.

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