Parece que el presidente de Madrid quiere una Europa que no asuma y disfrute todo lo que Andalucía ofrece a propios y extraños, empezando, eso es lo más curioso, por él mismo. No lo entiendo; mejor dicho, no entiendo a Ignacio González. El presidente de la Comunidad de Madrid, que dicho sea de paso lleva meses sufriendo la duda sobre su futuro político, ha aprovechado uno de estos días pasados que comenzaba la campaña para las elecciones europeas para anticipar un deseo que tal parece le invade, aunque luego no da señales de asumirlo en consecuencia. En un intento fallido por querer decir algo que no se ha entendido, aunque se ha intuido, el presidente madrileño ha asegurado que “no queremos” una Europa que se parezca a Andalucía. ¿Por qué?, me pregunto.
Ignacio González no matizó ese plural “queremos”, a quien incluye. ¿Quizás a toda la cúpula del Partido Popular? ¡Coño! Vaya manera de ganarse las simpatías de los andaluces cuyos votos serán cruciales para que su partido salga airoso en la noche el día 25. Dicho de otra forma, tal parece que el presidente de Madrid quiere una Europa que no asuma y disfrute todo lo que Andalucía ofrece a propios y extraños, empezando, eso es lo más curioso, por él mismo. Porque después de escuchar sus palabras tan despectivas para Andalucía y los andaluces, enseguida se cae en la cuenta de su contradicción.
Precisamente el nombre de Ignacio González aparece desde hace algún tiempo relacionado con la compra de un elegante apartamento en Marbella, que más Andalucía no puede ser. No quiero entrar en las especulaciones y dudas que ha despertado esa compra, pero sí para recordarle que si esa Europa que es Andalucía no le gusta ni la quiere, lo que debería haber hecho para dar ejemplo a sus votantes es haberlo comprado en algún lugar, no sé por ejemplo de Suecia o de Dinamarca o de Bélgica donde quizás no podría disfrutar del sol, el flamenco o el fino pero se sentiría más identificado con la Europa que al parecer le gusta.
No creo que nadie le haya obligado a adquirir tan polémico apartamento en Marbella ni que pasar allí las vacaciones o fines de semana le resulte incómodo. A lo mejor en algún lugar de la costa Báltica encontraría más atractivos, un ambiente más divertido, una playa más acogedora y… menos dudas sobre el entramado que se ha venido conociendo sobre la adquisición.
