El expresidente del Gobierno, que falleció este domingo a las tres de la tarde, hizo mucho por España cuando hubo que hacerlo. Adolfo Suárez, el primer presidente del Gobierno del periodo democrático de España y principal artífice de la Transición política con la que el país pasó página tras cuarenta años de dictadura, ha fallecido este domingo a las tres de la tarde y España, en su conjunto, le ha despedido con honores este lunes.
Hemos preguntado a mi jefe por su figura y él nos ha pedido que nos quedemos con dos ideas fundamentales. La primera es que Suárez es uno de esos hombres que se merece un hueco en el panteón desde el que se recuerda a los grandes hombres de Estado, pues hizo mucho por este país cuando hubo que hacerlo. La segunda consiste en presenciar cómo algunos de los que en su día le traicionaron hoy se pasean por las tertulias ensalzando su figura.
La vida del histórico político de la Transición se apagó a las 15.03 horas de este domingo a los 81 años, después de más de una década sufriendo las consecuencias del Alzheimer, una enfermedad neurológica que afectó a su memoria y que le mermó físicamente de forma gradual. Desde el pasado lunes, Adolfo Suárez estaba ingresado en la clínica Cemtro de Madrid. Los dos últimos días estuvo en fase terminal, una circunstancia que hizo pública su hijo Adolfo Suárez Illana.







