Miguel Ángel Aguilar envía su telegrama a Sergei Lavrov, ministro de Exteriores ruso. Señor ministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, haberle tenido con nosotros nos ha permitido conocer de su autorizada boca la posición de Moscú sobre la crisis de Ucrania. Dice que la misión de observadores deberán solicitarla las autoridades de Kiev y de Crimea y declina toda responsabilidad sobre las que denomina “fuerzas de autodefensa” sin identificar. Si el gobierno de Kiev se inhibe de controlar al poder anónimo paralelo instalado en la plaza de Maidan, el de Moscú elimina las insignias de los uniformados desplegados en Crimea. Es tirar la piedra y esconder la mano. Porque el juego del enmascaramiento está al alcance de todos.







