Cotino, rey de las sospechas

Cotino, rey de las sospechas

Cotino no está imputado en ninguna causa pero las crónicas encuentran su nombre hasta en las sospechas que despierta la contabilidad del viaje del Papa a su tierra. El país está lleno de sospechosos, hay que reconocerlo con el mismo sentimiento de pesar con que hay que lamentarlo. Los jueces, fiscales, Guardia Civil, Policías y medios de comunicación acumulan tantas sospechas que muchas veces no saben por dónde empezar para investigarlas. España es el reino de las sospechas – qué bajo hemos caído – y, aunque alguna que otra se acaba revelando infundada, hay que lamentar que la inmensa mayor parte terminan confirmándose.

El rey de las sospechas, el cabeza del hit parade es, aquí nunca gana uno para sorpresas infartantes, un antiguo director de la Policía de la hégira Aznar, que a este paso puede acabar eclipsando el recuerdo de Luís Roldán, emblema de la corrupción de quienes tienen que velar para erradicarla. Actualmente el señor Cotino (Juan), empresario y político es nada menos que presidente del Parlamento de Valencia en el que, por cierto, se da el récord de diputados imputados.

Juan Cotino es además de todo esto, o por encima de todo este currículum político, un católico ferviente y, por lo tanto, un supuesto observante de la Ley, cuando menos de la Divina, en la que se incluye el mandamiento que penaliza como pecado mortal cualquier forma de apropiación de lo ajeno. Por eso sus implicaciones en tramas y chanchullos si se confirmasen chocarían tanto aquí en la Tierra como, imagino, chocarían en el cielo.

Ignoro, porque como decía el otro no lo sé, si también chocarán en la madrileña calle Génova donde entre Bárcenas, Matas, Camps, Fabra y tan largo etcétera de condenados, procesados, imputados y sospechosos ya no deben saber para donde mirar, como no sea para el asunto de los ERE´s en Andalucía que con tanta diligencia como lentitud va desgranando la juez Alaya. Cotino no está imputado en ninguna causa pero las crónicas encuentran su nombre hasta en las sospechas que despierta la contabilidad del viaje del Papa a su tierra.

Más información