El Constitucional alemán quiere que los jueces europeos revisen si los programas de compra de bonos del BCE son legales. Esa política tan germana del «mírame pero no me toques». Una más desde Berlín: ahora el Constitucional alemán quiere que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea revise si los programas de compra de bonos del BCE son legales.
Preguntado mi jefe que qué le parece esto, el hombre ha contestado que algo no sorprendente en absoluto. Los alemanes, asegura, llevan desde el comienzo de la crisis demostrando un compromiso nulo con la integración europea. No es una cuestión de fastidiar a los países del sur porque los alemanes tengan un odio personal hacia nadie. No. Es mucho más siniestro que eso.
La cuestión es que los alemanes siguen sin querer ceder soberanía a Bruselas. Ni los bancos, ni los bonos, ni nada. Que ya bastante han hecho con permitir que el presidente del BCE sea un italiano. Lo cual, y a seis meses de las elecciones europeas, tiene un claro síntoma: el auge de partidos nacionalistas en las periferias.







