Los novios del gran banco gallego, pendientes sólo de la ‘dote’. Si las noticias que aparecen, un día sí y otro también en la prensa financiera y los portales especializados fueran ciertas, todas las entidades españolas, y un nutrido puñado de fondos internacionales estarían ‘como locos’ por quedarse con Novagalicia Banco.
Pero pasa el tiempo y el comprador no aparece por ninguna parte. Los cientos de novios que se agolpan en la puerta del FROB para presentar su candidatura parecen estar interesados en una sola cosa: conocer la verdadera cuantía de la dote.
Porque la dote importa y no puede limitarse al simple saneamiento de las cuentas de la entidad. Aquí, de lo que estaríamos hablando, según creen algunos malhablados que intoxican a la prensa en los ambientes financieros, es de cuánto va a poner el padre en el bolsillo de quien se quede con la novia.
Hay hasta otra versión circulando, más pesimista y, probablemente, mucho menos atinada. Una que dice que el baile de titulares de prensa, de fondos que vienen y magnates que van se mantendrá hasta las autonómicas gallegas.
Luego, cuando ya no importe tanto el impacto que el ‘fiasco’ pueda tener en las urnas, porque el promotor de la fallida fusión de las cajas gallegas, que no sería otro que Núñez Feijóo habrá ganado o habrá perdido, a lo mejor hay que ir a un troceo y cierre de una entidad inviable, por su tamaño y la escasez de mercado.
