El hasta ahora presidente de la Junta de Andalucía, José Griñán, ha dicho adiós a su cargo, pero conservará el escaño de parlamentario regional y seguirá siendo el presidente nacional del PSOE. De ahí que hoy hayamos querido preguntarle a mi jefe si este buen hombre se va del todo o solo se quita responsabilidad.
Mi jefe me ha comentado que el señor Griñán ha hecho las cosas “a su medida” en esta ocasión, como ha hecho muchas otras veces hasta haber llegado a convertirse en el presidente de la Junta de Andalucía, papel que ahora podría ocupar Susana Díaz.
Me ha señalado también el veterano periodista que el movimiento del socialista tiene que ver con una expresión acuñada por el expresidente Felipe González que designa a los antiguos mandatarios como “jarrones chinos, artesanías orientales que nadie sabe donde poner”, y Griñan no quiere ser uno de ellos, de ahí que se haya cubierto las espaldas y haya asegurado que su escaño es “suyo”.
Además, me dice este buen hombre, que en Andalucía hay dos problemas añadidos, por un lado los ERE, que en algún momento tendremos que saber como acaba el asunto, y por otro, la coalición con Izquierda Unida. Todas las encuestas apuntan a que el PP ha estado perdiendo adeptos, lo que podría propiciar unas elecciones adelantadas en las que el propio ‘jarrón’ Griñán no tendría cabida.
