Bares con persianas bajadas

Opinión

Bares con persianas bajadas

Una famosa bebida refrescante ha hecho una campaña audiovisual en defensa y promoción de los bares que pueblan nuestra geografía. Los bares son sin duda una institución de este país proclive siempre a evitar el riesgo de derrumbe del techo del domicilio propio. Pero no es verdad que con la crisis los bares estén en su mejor momento, como algunos piensan cuando ven las barras repletas de clientes contándose sus penas y las terrazas soltando humo por todas sus esquinas. Todo lo contrario, según un informe de La Caixa, en los últimos tiempos ha cerrado en España la friolera de 72.000. Se dice pronto.

Pero, ¿cuántos había?, se pregunta uno enseguida. Pues muchos, muchísimos. En 2008, exactamente 351.470, el mayor porcentaje de bares per cápita de Occidente y de Oriente, una barbaridad en términos globales. Pero los tiempos vienen malos para el consumo, y los recortes de salarios unidos a los incrementos fiscales están volviendo inviable el negocio al que tantos se asían como último resorte. Los cierres de los establecimientos de bebidas han contribuido de manera muy sensible a ese incremento del desempleo que convierte a España en el país de la Unión Europea con más paro.

Claro que, bien mirado, sobre todo si se le pregunta a Angela Merkel cómo lo ve, las estadísticas aún siguen delatando que en España hay muchas cosas que escasean, incluso comida para los niños, pero bares donde empinar el codo o simplemente pasar el rato, no; continúan sobrando. Seguimos disponiendo de 279.243 a la hora de entrar a beber una caña, a jugar unas perras en una maquinita o a hacer uso de los servicios. Seguimos estando bien dotados de bares donde alternar, donde ligar y donde ponerles remedio momentáneo a nuestras penas.

Hay pueblos de España donde queda todavía un bar por cada treinta y tres habitantes, incluidos bebés, ancianos, abstemios y musulmanes observantes de sus preceptos religiosos. Madrid y Barcelona, por ese orden, encabezan el número de bares y Teruel y Huesca las provincias donde los cierres han sido porcentualmente más demoledores. Navarra y el País Vasco, donde menos, con Álava encabezando la lista de donde mejor resisten.

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