Le hemos preguntado a mi jefe por la emisión anoche del primer capítulo de la miniserie sobre Mario Conde. En primer lugar, que si la había visto, pues no estábamos seguros de que a estas alturas el tipo siga despertando su interés. Y a partir de ahí, que qué le había parecido.
Mi jefe ha contestado que, en primer lugar, hay que establecer de quién estamos hablando: de un exbanquero condenado por todos los tribunales habidos y por haber sobre la faz de la Tierra. Y no precisamente por dejar mal aparcada una bicicleta. Ergo: estamos hablando de un quinqui. Y puestos a hablar de quinquis, el tipo dice que prefiere aquella película –Los últimos golpes de El Torete– sobre ‘El Vaquilla’ antes que la infumable realización elaborada en torno a la autobiografía del señor Conde.
Por lo visto, esta es una opinión que comparten unas cuantas personas a juzgar por los datos de la audiencia, que dicen que la ‘tv movie’ fue seguida por 1.689.000 espectadores, muy por debajo de los 2.319.000 del programa de Alberto Chicote ‘Pesadilla en la cocina’, según Vertele.com.
Por último, una nota a pie de página: a mi jefe le dieron náuseas al ver cómo Mario Conde utilizaba la figura de su mujer. Verdaderas náuseas.
