La tibieza del PSOE en el ‘caso Bárcenas’

Detrás de la cortina

La tibieza del PSOE en el ‘caso Bárcenas’

Luis Bárcenas, ex tesorero del PP

La estrategia de oposición del PSOE de Rubalcaba resulta cada vez desconcierta más a la concurrencia, Sobre todo a sus militantes de base y los pocos simpatizantes que aún quedan. Un estupor que ha vuelto a acrecentarse estos días en las horas siguientes a la entrada en prisión de Luis Bárcenas.

Ni Rubalcaba, ni ninguna figura de relevancia de este partido, no hace tanto capaz de alcanzar el gobierno en las urnas en varias ocasiones, ha dado la cara en público para exigir las correspondientes responsabilidades. O, cuando menos, aprovechar la circunstancia para hostigar al enemigo, siempre dentro de las reglas y los usos limpios que marca la política en democracia. Algo que el PP, hasta en sus horas más bajas que pueden ser las actuales, ha hecho siempre que ha tenido la ocasión.

Y que, por supuesto, han hecho también los responsables de las otras formaciones políticas integradas en la oposición. Por la izquierda, desde IU, ha estado rápido Cayo Lara, siempre entusiasta, reclamando, como se esperaba de él, la dimisión del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y la depuración de cuántas responsabilidades políticas y penales hagan falta. Hasta el siempre discreto Durán i Lleida ha recordado a los populares que, no hace mucho solicitaron su dimisión por algún asunto, similar al que nos ocupa, y les ha ‘invitado’ a aplicarse el mismo rasero.

Y, ¿qué ha hecho el PSOE? Poco más que exigir una explicación al PP. Con guante más o menos blanco y, no sabemos si en un nuevo ejercicio de esa oposición responsable que dicen practicar y que les lleva a formalizar pactos con el enemigo como único discurso alternativo en casi cualquier tema que esté sobre la mesa. Lo malo es que a estas alturas de hartazgo y deterioro ese discurso, como demuestran las encuestas, no cala entre la población. Por el contrario, sirve para dar aire a los populares porque su caída en expectativas de voto, de dimensiones descomunales, es, sin embargo, más dulce, gracias al hundimiento del rival.

Al final surgen las preguntas sin respuesta, lo que en el caso de este PSOE en descomposición no le augura ningún futuro halagüeño.¿Cuál es el motivo que obliga a al secretario general del primer partido de la oposición a mantenerse callado? ¿Qué ha sido de aquel Rubalcaba que no hace tanto pedía la dimisión de Rajoy y prometía enseñar la declaración de la Renta, algo que, por cierto, no ha hecho?

¿Tienen los socialistas tanto que callar que no se atreven a hablar del espinoso asunto del ex tesorero del PP por miedo a las represalias?Probablemente no se trate de eso, pero mientras más tiempo pasa sin que aparezcan las contestaciones a estos interrogantes, más se cierne la sombra de la sospecha, por injustificada que sea, sobre los actuales líderes socialistas y los motivos profundos de su comportamiento.

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