Esperanza Aguirre está que se sale. Prensa escrita, tertulias televisivas y Twitter. Todo vale para cargar contra Mariano Rajoy y animar a sus simpatizantes a hacer lo propio. Le hemos preguntado a mi jefe que qué le parece todo esto.
Y mi jefe ha contestado que era de esperar. A ver. Según las últimas encuestas el PP, aunque sigue por delante del PSOE en intención de voto, perdería un huevo de diputados al alcanzar sólo el 30% o así de las papeletas. Eso conllevaría no gobernar en solitario. Y eso conllevaría, a su vez, una gran pérdida de influencia y de puestos de ¿trabajo? asociados al partido en presidencia. Ergo: dentro de las filas populares hay nervios y mucho mal humor.
Así que lo único que estaría haciendo Esperanza Aguirre -«la política más populista de este país», dice mi jefe- es agitar el vaso a modo de venganza contra todos aquellos que en su día se la quitaron de en medio truncando así su futuro político.










