Si, señor Rajoy esto va por usted, que tiene a mi jefe contento (véase ‘contento’ como un elegante eufemismo para ‘muy enfadado’) con el tema del déficit, y no sólo por el punto de vista técnico, sino también por el político.
Nuestro presidente del Gobierno sale poco a hablar, pero lo que de verdad irrita a mi jefe -les juro que he visto como se le hinchaba la vena del cuello- es que encima que no se prodiga mucho, cuando lo hace sea para mentir.
Bruselas ha tenido que corregir a Montoro y situar la cifra del déficit en el 6,98%, casi tres décimas más de lo que había anunciado el Gobierno. No es tampoco “un desastre atómico”, lo que realmente ha encendido la furia de mi director, y es una catástrofe de dimensiones cósmicas, es lo que se está fraguando en “la cocina del infierno” de los populares en cuanto a su discurso político y a la imagen que están proyectando.
A veces lo bueno si es breve, dos veces bueno, ¡anda qué no!, pero la cosa cambia cuando es malo y encima corto, en ese caso, mejor ni hablarlo, palabra de becaria. En mi caso, espero no haberles aburrido demasiado durante estos dos días y haber cumplido con este refrán tan conocido.
La semana que viene podrán volver a disfrutar de los chascarrillos de Rita o Bartolo, que bien se ganan el pan estos dos figuras, yo debo retirarme, porque todo héroe necesita su tiempo de relax, ¡qué se lo digan a Batman!, y la Becaria Enmascarada no es una excepción. Hasta más ver.
