Le hemos preguntado a mi jefe, que tiene de católico lo que los demás de jardineros, que qué le parece la elección de este Papa. La pregunta, y vaya esto por delante, no pretendía buscar ningunas cosquillas. Ha sido una cuestión de simple y llana actualidad internacional.
El tipo ha contestado que bueno, que no le puede parecer mal esta elección como tampoco le puede parecer especialmente bien. Que a pesar del rechazo que le genera la institución por su afán de controlar ciertos aspectos de la sociedad, que desea que la austeridad y las ganas de ayudar a los desconsolados de este Papa sean sinceras, porque eso mejorará, previsiblemente, la calidad de vida de un montón de gente.
Lo que sí ha indicado es que hay que estar atentos a las tres novedades de este cónclave. La primera, que hacía cinco siglos que ningún Papa renunciaba. La segunda, que es la primera vez que se elige a un jesuita. Y la tercera, que es la primera vez que se elige a un latinoamericano.










