La crisis del optimismo

Opinión

La crisis del optimismo

El optimismo es un bien escaso que para colmo de males estos últimos tiempos ha entrado en crisis; en crisis galopante. Los políticos que nos mantienen a la deriva, perdidos en los escándalos y en la fiebre por ocultarlos, se pasan el tiempo alarmando con los déficit económicos, que son variados y todos preocupantes, por supuesto. Pero se olvidan de otro déficit tenebroso, que además ellos contribuyen a incrementar: el déficit de optimismo que una sociedad necesita superar cuando ataca para salir adelante.

El pesimismo reinante lo refleja el último informa del barómetro del CIS, pero para obtener semejante dato no hace falta gastar dinero haciendo encuestas con un trabajo de campo caro. Cualquiera lo puede observar, primero recurriendo a una introspección sobre el propio estado de ánimo, y después mirando y escuchando alrededor. La gente está preocupada, inquieta, triste y hundida, unas veces en sus propias miserias, paro y desahucios, y si no en la perspectiva de futuro que tiene por delante.

Por mucho que se escudriñe el horizonte no se ve escape de alivio alguno para una situación en la que parecen haber aflorado de nuevo los viejos males, incluido el hambre que creíamos desterrada para la eternidad en España. Pero no, el hambre vuelve a inquietar no sólo a quienes la sufre; también a quienes se imaginan a niños depauperados o al triste espectáculo que ofrecen los comedores de caridad que han heredado las colas que unos años atrás se formaban ante los restaurantes caros.

Las cifras macroeconómicas que está imponiendo en buena medida doña Angela Merkel a los gobiernos más mansos de la Eurozona, del mismo modo que un antecesor suyo les imponía barbaridades aún mayores, podrán indicar lo que los expertos en elaborar gráficas de la coyuntura quieran, pero mientras el optimismo no vuelva a impregnar a la sociedad, aquí no levantará cabeza nadie; por lo menos nadie que aspire a ganarse la vida y recuperar el bienestar perdido de manera honrada, es decir, sin administrar o recibir sobres, cohechos, convolutos y viajes gratis total.

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