Angela Merkel ha recibido a Mariano Rajoy en Berlín y, al ser preguntada por los periodistas que qué opina del líder popular a juzgar por los últimos escándalos de corrupción, ella ha afirmado tajantemente que tiene plena confianza en el caballero y en su gobierno. Le hemos dicho a mi jefe que él qué opina, que si hubiese valorado una distancia prudente por parte de la canciller. O algo.
El tipo, que ya tiene unos años a la espalda, me ha pedido que despierte de los mundos de bambi y que si acaso hubiese sido pertinente esperar, tal y como están las cosas, cualquier otra respuesta. Al decir «tal y como están las cosas» estamos hablando, claro, de la cantidad de exposición que tiene el sistema financiero alemán a España. Deudas que hay que pagar y esas cosillas.
Porque mi jefe me ha recordado que más allá de que estos sean unos presuntos chorizos y tal y cual, lo que sí son, sin el presunto delante, es auténticos ejecutores de reformas y de austeridad. Entre otras cosas, porque no hay oposición que les plante cara, ni alternativa que les meta miedo.







