Florentino Pérez, en su condición de máximo responsable ejecutivo de ACS, anunciaba este viernes la suspendión del dividendo que tradicionalmente abona en febrero tras anunciar unas pérdidas de 1.233 millones de euros en el primer semestre del año.
Esta decisión podría parecer lógica porque ACS es una empresa vinculada al sector de la construcción (uno de los más afectados por la crisis en España). El equipo de Florentino podría alegar también que el retraso del pago por parte de los proveedores es una de las razones concretas por las que se ha adoptado semejante medida.
Pero ese anuncio encierra un significado mucho mayor: ACS ha empezado a encajar los costes de su batalla por intentar hacerse con Iberdrola durante los últimos años. La lectura complementaria es que esta suspensión del dividendo, en su base, viene a significar el fin de una época. El fin de una casta empresarial específica.
Esa casta empresarial es la de los empresarios hábiles en el regate en corto con las administraciones públicas, expertos en su aproximación a éstas. Florentino Pérez pertenecía a esta clase, que con él parece extinguirse. Volverán otros con la mejora económica del país, pero tendrán que usar otras formas distintas a las que gente como el máximo dirigente de ACS, y un largo etcétera, han utilizado hasta ahora.
Acceda a la versión completa del contenido
El fin de una casta
El Alto Tribunal fija un criterio que afecta a miles de trabajadores y a empresas…
El Caribe atraviesa uno de sus momentos de mayor tensión en años, en un contexto…
Según el último informe del ECDC, se están detectando casos de gripe en Europa mucho…
Tras la crisis financiera de 2008 y el parón de la pandemia, la respuesta fue…
Las principales organizaciones ecologistas y de derechos humanos han reaccionado con dureza al resultado de…
Las autoridades palestinas han señalado que las cifras podrían aumentar en las próximas horas debido…