El sadomasoquismo alemán

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El sadomasoquismo alemán

Los más descreídos de la parroquia del fundamentalismo neocon-apocalíptico comienzan a levantar la voz señalando como la lógica parece haber empezado a darles la razón: el comercio exterior alemán ha comenzado a resentirse por la ausencia de clientes. Alemania ha recibido una dosis triple de malas noticias en los últimos días. Las exportaciones cayeron en julio un 1,5%, la producción industrial un 0,9% y los pedidos de fabrica un 1,7%. Todos los datos mucho peor de lo esperado. La tesis es evidente. A base de apretar por aquello del ahorro, los alemanes han acabado por destruir el ecosistema del consumo en más de la mitad de Europa, dado que aproximadamente el 50% de sus exportaciones van a países del euro. Los alemanes han conseguido lo que parece que pretendían: un poco de sadomasoquismo al quedar mal frente a los demás y obtener resultados ellos decepcionantes. Esto en la economía real, porque si miramos a la economía financiera en su conjunto y al Deutsche Bank en particular, la realidad es muy diferente y la situación es más comprometida. Gracias a estas contradicciones de los mercados financieros internacionales, los bancos alemanes están consiguiendo financiarse a precios baratos y las garantías de los préstamos que en su momento dieron a particulares pasan a ser ahora asumidas por los Estados. Pero que nadie se equivoque, esta efímera estrategia terminará por pasar factura. Aunque la pregunta ahora es… ¿cuánto tendremos que pagar los demás hasta que esto se produzca?

Los más descreídos de la parroquia del fundamentalismo neocon-apocalíptico comienzan a levantar la voz señalando como la lógica parece haber empezado a darles la razón: el comercio exterior alemán ha comenzado a resentirse por la ausencia de clientes.

Alemania ha recibido una dosis triple de malas noticias en los últimos días. Las exportaciones cayeron en julio un 1,5%, la producción industrial un 0,9% y los pedidos de fabrica un 1,7%. Todos los datos mucho peor de lo esperado.

La tesis es evidente. A base de apretar por aquello del ahorro, los alemanes han acabado por destruir el ecosistema del consumo en más de la mitad de Europa, dado que aproximadamente el 50% de sus exportaciones van a países del euro.

Los alemanes han conseguido lo que parece que pretendían: un poco de sadomasoquismo al quedar mal frente a los demás y obtener resultados ellos decepcionantes.

Esto en la economía real, porque si miramos a la economía financiera en su conjunto y al Deutsche Bank en particular, la realidad es muy diferente y la situación es más comprometida. Gracias a estas contradicciones de los mercados financieros internacionales, los bancos alemanes están consiguiendo financiarse a precios baratos y las garantías de los préstamos que en su momento dieron a particulares pasan a ser ahora asumidas por los Estados.

Pero que nadie se equivoque, esta efímera estrategia terminará por pasar factura. Aunque la pregunta ahora es… ¿cuánto tendremos que pagar los demás hasta que esto se produzca?

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