¿De qué va el Banco Central Europeo? ¿Por qué nadie sabe de qué rollo va cuando llega la hora de la verdad? ¿A qué intereses responde? Son preguntas retóricas que mi jefe se ha preguntado cuando le hemos comentado que el Ibex va a cerrar sesión con unas pérdidas del 6% y que el bono español a diez años cotiza en los mercados secundarios por encima del 7% de rentabilidad.
El que me paga nos ha explicado que hasta que no se consolide una autoridad monetaria europea sólida y ecuánime, amén de eficaz, y mientras no se consolide también un supervisor bancario europeo serio y transparente, los mercados seguirán comportándose de la forma en la que lo están haciendo. Con los especuladores haciendo lo que les da la gana basándose en el miedo.
Mi jefe estaba un tanto triste. Le apena ver cómo todos los burócratas de Bruselas, a pesar de sus grandes estudios universitarios y posteriores, parecen carecer del sentido común más básico. Que una moneda no sobrevive sin un Estado detrás, hombre. Que eso está en los libros.
