Velocidad a la carta

Opinión

Velocidad a la carta

No hace mucho el talento de un ministro aspirante a genio, Miguel Sebastián de nombre si mal no recuerdo, nos puso a circular a 110 kilómetros por autopistas y autovías. Se trataba de ahorrar en la factura de crudo y, tal vez para invertir el ahorro, la DGT se gastó un pastón, del que tanto debemos, en cambiar las señales que enmarcan en rojo el límite con que podíamos pisar el acelerador. Los del PP pusieron el grito en el cielo, como solían cuando eran oposición, alegando que era una medida absurda, y una buena parte de la opinión pública les hacía la ola.

Pero los tiempos cambian y los políticos ni te digo. Ahora los jerifaltes del Partido Popular, encaramados en la cumbre de la crisis que quieren disfrazar, flirtean con una revisión de los límites de velocidad de modo y manera que acabarán mareándonos, cosa bastante peligrosa cuando uno se pone al volante. Hablan o proyectan, vaya usted a saber qué humo estarán echando sus cabezas pensantes, rebajar a 90 kilómetros la velocidad en las carreteras y para compensar aumentarla a 130 en las autopistas o autovías. Con tal de llevarle la contraria a sus predecesores en el poder cualquier cosa.

Porque, además, según las lenguas relativamente informadas incluso contemplan fijar la velocidad máxima a la carta, en función de la climatología. Ignoro cómo se puede aplicar esa medida. Es verdad que con lluvia, viento, nieve o hielo la carretera se vuelve más peligrosa. Pero, ¿qué se proponen los de Tráfico, fijar los límites sobre la marcha o simplemente cambiarlos fiándose de lo que digan en la tele las chicas y chicos del tiempo? Cualquier cosa es previsible. Por de pronto ya han conseguido algo importante, que es sembrar la confusión y darle al personal motivos para discursear. Mientras tanto, cuando salgamos a la carretera nos embargará la duda y quizás, eso también, esa duda propicie que los ingresos por denuncias de la Guardia Civil, que no se pone en huelga, sigan ayudando, cada vez en mayor cuantía a paliar el déficit.

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