El desconcierto entre la población cubana por los anuncios de nuevos recortes en el gasto social es cada vez más evidente. Los temores sobre los apagones y las limitaciones en las cartillas de racionamiento han vuelto después de que Raúl Castro anunciase que el crecimiento anual no pasará del 1,7% y que los bueyes sustituirán a los tractores para ahorrar combustible en las fincas más pequeñas.
Pero esto no es lo que más disgusto ha causado en la población habanera. Al parecer, desde el pasado día 28 de julio las tiendas que el pasado día 1 pasaron a ser administradas por TRD, la cadena de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, permanecen cerradas. Una situación que se ha extendido a los tres principales centros comerciales, que operan en pesos convertibles, del barrio habanero de Miramar. Las lenguas más rápidas de la ciudad creen que el cierre se debe a una severa inspección a los responsables de estos establecimientos, y los malos acopios de Cubalse, la cadena controlada por las fuerzas armadas.
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Desconcierto en el barrio habanero de Miramar
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