Mi jefe opina que cuando Rouco Varela le ha contestado al PP que si la Iglesia Católica tiene que pagar el Impuesto de Bienes e Inmuebles (IBI) Cáritas se verá afectada, le ha dado a Mariano Rajoy donde más le duele.
Porque en una época de recortes, de gran número de parados y de cierta inestabilidad política, cortarle el grifo a aquellos que calman las quejas de los más desfavorecidos puede suponer que esa inestabilidad política se convierta en algo más parecido a una crisis social. Así, el presidente de la Conferencia Episcopal advierte: cuidado.
Además, el que me paga opina que el PP ha valorado el asunto del IBI porque tiene que escenificar, de algún modo, un enfrentamiento con parte de su base electoral para calmar los ánimos en los demás escenarios, que andan algo revueltos debido a aquello mencionado algo más arriba: recortes, paro, etcétera. Pero eso sí, sin pasarse.
