Los hay mejores, los hay más guapos, más rápidos, más técnicos, más inteligentes, pero todos saben quien es el Capitán del equipo que forman los mejores jugadores de la historia del fútbol.
Y es que nadie ha sabido llevar el brazalete de un equipo de fútbol con esa capacidad de liderazgo, con una filosofía básica para exigir el máximo rendimiento a sus compañeros, que consiste en no pedir nada que no seas capaz de hacer.
Sin ser el más resistente ha corrido más que nadie, sin ser el más técnico, ha metido goles imposibles sin ser el más inteligente ha convertido en arte la capacidad de jugar sin balón y de aparecer siempre en el momento y lugar exacto.
No se retira, pero se va de las grandes ligas, para acabar sus años de fútbol seguramente en Qatar, donde sin duda lucirá el mismo brazalete que volvió a tener sentido colocado en su cuerpo, depués de muchos años de haber perdido su significado, tanto en el Real Madrid, como en la selección española, como en el Schalke donde en tan sólo tres años se ha convertido en el jugador más importante de la historia del club bávaro.
Y como muchos otros grandes de la historia será más recordado lejos de donde consiguió sus más grandes hazañas, en el Schalke, en Alemania, donde se tuvo que marchar para poder demostrar al mundo que no estaba acabado, retirarán su número 7. Mientras en su equipo de toda la vida, el 7 lo lleva un tipo muy guapo, pero sin capacidad de llevar un brazalete, y en la selección española incriticable de tanto éxito, nadie se acuerda de un Capitán que marcó el camino a seguir.
