Oposiciones a perder el tiempo

Opinión

Oposiciones a perder el tiempo

Al perro flaco dicen que le van todas las pulgas y a los sufridos opositores todos los males. Ganarse a pulso un puesto de trabajo siempre ha sido heroico pero en los tiempos que corren, mucho más. Sobre todo cuando se tiene al frente de Educación, Ciencia y no sé cuantas carteras más a un tal José Ignacio Wert que, de momento al menos, se ha revelado como el «Pepito Grillo» que tradicionalmente ocupa poltrona como una maldición del ridículo en el Consejo de Ministros.

Sus meteduras de pata ya las reflejaba con frecuencia en sus intervenciones públicas cuando pontificaba por ahí las maravillas políticas de la derechona disfrazada de vulgar y digna derecha. Pero ahora, con el altavoz de una cartera tan importante como la que para general sorpresa le encomendó Mariano Rajoy, sus wertelladas — coño, señor corrector informático, no me siga rectificando – trascienden más, provocan mayor asombro y, lo peor, causan más daño a ciertos sectores de la ciudadanía.

Ahora les ha tocado la china a sesenta mil maestros que llevaban muchos meses – desde el verano pasado para ser precisos-, dejándose los codos en un esfuerzo dramático por aprenderse los temas de la oposiciones próximas y, cuando ya empezaban a tenerlos dominados, va el ínclito ministro y decreta su cambio por otros.

Todo un desprecio del trabajo ajeno y, ¿por qué? Pues no se sabe con precisión – algunos aseguran que por joder – pero se intuye que para volver en algunos planteamientos por el túnel del tiempo atrás y recuperar las ideas trasnochadas que la modernidad había dejado obsoletas.

La educación en España está predestinada a evolucionar como el baile de la yenka y con este ministro que empieza a asomar sus maneras iconoclastas todo hace temer la vuelta a las ideas y métodos de un predecesor suyo, creo que de nombre Julio Rodríguez, que en la Dictadura parece que se beneficio de una confusión del Caudillo en la designación y, ya en su despacho se sintió legitimado hasta para reinventarles a los escolares los fundamentos de la regla de tres.

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