La web 2.0 se deshace como un azucarillo en el café y perdonen la frase hecha. Miles de webs que ofrecían a los internautas servicios gratuitos a cambio de publicidad parecen batirse en retirada tras la detención de los responsables de Megaupload. En algún caso se entiende, en otros las explicaciones no son suficientes. O no eran lo que parecían. O no deberían tenerle miedo a lo que pudiera pasar.
En el fondo, no parece probable que nadie se oponga a que, como hacen desde hace muchos años las televisiones generalistas, por ejemplo, alguien ofrezca servicios o entretenimientos gratuitos al público y se financie gracias a la publicidad. Es una opción, como las demás.
Lo que muchos cuestionan es que ese negocio se haga sin pagar a quienes proporcionan su base fundamental. Nada más.
Pero cuidado. La situación anterior tampoco era deseable. Aquella industria que impedía a los compradores de cd´s hacer copias de la música que habían adquirido no debe volver jamás.
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El FBI acaba con la web 2.0
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