Con esta frase defenía el mítico Andrés Montes a jugadores como el gran Stojakovic, que hoy nos deja la noticia de su retirada a los 34 años, después de ganar el anillo de la NBA con los Dallas Mavericks.
Nacido en una ciudad croata pero serbio, es de esas historias que suceden en la extinta Yugoslavia. Con quince años ganó la liga de su país y emigró a Grecia donde siguió engordando su palmarés, para más tarde viajar a la NBA donde después de 13 años por fin consiguió ganar el ansiado anillo.
Nos llegó a recordar al mejor Drazen Petrovic, con algo del mejor Kukoc, pero también con la indolencia e irregularidad que a veces llevan consigo algunos jugadores balcánicos, lo cual quizás no le dejó llegar a ser una leyenda de este deporte.
Aún así el palmarés es de los de envidiar, como dice en su twitter «i am a 1 time NBA champion, 3 time NBA All Star. 2 time NBA 3-point winner. 4th all time in 3 point shots made, 4th all time in free throw percentage made».
Traducido, «una vez campeón de la NBA, 3 veces seleccionado como All Star, 2 veces ganador del campeonato de triples de la NBA, y cuarto de toda la historia en tiros de 3 puntos conseguidos y en el porcentaje conseguido».
Eso en la NBA, porque Peja también triunfo con su selección ganando el campeonato de Europa de 2001 y el del mundo en 2002, retirándose del equipo serbio en 2003 para dedicarse de lleno a la NBA.
Stojakovic es de esos jugadores que te hacen creer que el baloncesto es fácil, por la sencillez de sus movimientos, por una mecánica de tiro que era tan rápida como efectiva.
En Sacramento Kings desarrolló la mayor parte de su carrera y allí disfrutamos del mejor baloncesto del serbio y del mejor juego de ataque de toda la liga, con compañeros como Jason Williams o Webber.
Curiosamente ha ganado el anillo de la NBA en la temporada que menos minutos ha jugado, pero a veces el deporte es justo y premia una gran carrera, un gran talento, y a alguien que nos ha hecho soñar con que la sencillez puede ser espectacular.
