Lo cuenta Ion Martínez en el Diario Vasco. La princesa de Asturias, Letizia Ortiz, ha cambiado con la edad. Cuando irrumpió en la vida palaciega era, según explica esta perspicaz artículista, muy poco dada a adornar su atuendo con joyería sofisticada. Ni con bisutería casi.
Pero, de un tiempo a esta parte, las cosas han cambiado, siempre según la versión del brillante artículo al que nos hemos referido al principio de esta pieza.
Martínez explica también que en estos años, “la princesa ha ido llenando su cofre por medio de regalos de su entorno más cercano o de las propias marcas”. Para añadir luego que “son pocas las que ella ha comprado en estos siete años como princesa.”
En cualquier caso, Letizia sabe combinar con elegancia, las joyas de la familia, con los artículos de vanguardia. Aunque algunas de las primeras están reservadas en exclusiva apra Doña Sofía.
A Letizia, por lo visto, le gustan los pendienes y no sale de palacio nunca con las orejas desnudas. También el oro y los diamantes. Pues eso. Puro glamour.
