Pau Gasol no es un mercenario

No sólo pelotas

Pau Gasol no es un mercenario

Mucho se está hablando de donde jugará el mejor jugador español de baloncesto de la historia (y europeo con el permiso de Petrovic, kukoc y Sabonis, en mi opinión), un debate con la habitual falta de sentimientos de la cultura NBA.

Pero todas estas franquicias se han econtrado con algo a lo que no están acostumbradas, un tipo que toda su envergadura (2,16, que no es poco) está llena de nobleza. Gasol quiere jugar en Los Angeles, porque es su casa y así lo siente, en Europa ya sabemos todos donde jugaría, a pesar de que según parece no tiene ni voz ni voto sobre su futuro.

Kobe Bryant, jugador franquicia de los Lakers, no ha ocultado su disgusto al respecto de la posible marcha de Pau, pero nada es suficiente para una empresa dispuesta a ignorar que hay personas detrás de todos los contratos publicitarios y los millones de dólares que generan.

Aún con todo, Gasol aguanta estoicamente, y asume su decisión de emigrar con todas las consecuencias, como la de ser tratado como un souvenir exótico de gran valor.

Todavía resulta más curioso cuando toda la NBA, excepto el comisionado de la NBA, David Stern, se quejó amargamente del traspaso de Pau a los Lakers, con los cuales consiguió dos anillos, y era un gran reclamo publicitario para el público europeo e hispano.

Ahora nadie se plantea que el pivot español pueda ser el efecto desequilibrante para que un equipo sea campeón, y suenan varias plantillas con las que el catalán puede ser utilizado como moneda de cambio.

Una trato lamentable para un jugador, que vaya donde vaya será un referencia, tanto deportiva como moral, porque en algunas empresas que dicen ser ligas, donde hacen gala de valores éticos sin igual, se necesitan jugadores que los tengan, no sólo que los finjan como los dueños.

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