Mi jefe no da crédito a lo que ha sucedido con algunas cajas españolas que han tenido que ser nacionalizadas por el Banco de España pero que, a pesar de todo, van a mantener a los gestores que ya tenían, en lugar de imponer las autoridades gestores públicos.
En base a qué, se preguntaba indignado el buen hombre, no se ponen gestores públicos. Es incomprensible, me repetía una y otra vez al teléfono. Luego ha añadido que además que incomprensible es indignante. Porque la ecuación sigue sin modificarse; como las cajas eran de todos no eran en realidad de nadie. Factor que aprovecharon unos cuantos listos para entrar ahí a lucrarse sin tener que rendir cuentas a nadie.
Y hoy, además del discurso habitual, mi jefe me ha dicho que lo de los sindicatos es muy bueno. Se refiere a eso de tener representación en los consejos y poder hablar en las asambleas de las cajas. En definitiva; a eso tan bonito y democrático de tener representación. ¿Representación que han utilizado para qué? No estaría mal, por tanto, que ahora los trabajadores también les exigiesen cuentas a ellos.
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Dinero público, gestores públicos
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