Desde tiempos inmemoriales los pastores de la Iglesia vienen avisando del peligro de la masturbación. Además de calificarla de grave desviación sexual, sacerdotes y monjas de la religión católica alertaban a los más jóvenes del riesgo que supone para su salud, en este caso psíquica, la práctica del onanismo, aunque sus argumentos de que si ‘te tocabas para obtener placer te volvías loco’ nunca se asentaron en informes científicos que apoyen tan preocupante tesis.
Pero resulta que leemos en la red una noticia que puede ayudar a los guardianes de la moral más conservadora a seguir con su cruzada contra ‘el amor propio’ sexualmente hablando. Y es que un joven brasileño de apenas 16 años fue encontrado muerto en su habitación después de masturbarse 42 veces seguidas sin parar, según informan las autoridades, que no especifican, sin embargo, la causa exacta del fallecimiento. Al parecer, el muchacho comenzó alrededor de la medianoche y se pasó toda la noche y madrugada dale que te pego a sus prácticas ‘amatorias’, por lo que el adolescente tenía quemaduras de tercer grado en sus manos.
Y si morirse de exceso de amor… a uno mismo parece una curiosa manera de dejar este mundo también lo es perder la vida por peinarse. Esto es lo que le puede suceder a Megan Stewart, una niña de 13 años que sufre del síndrome del cepillado del cabello, lo que significa que el contacto con la electricidad estática puede hacer que su cerebro se colapse. Para evitarlo, antes de cepillar su pelo debe humedecerlo. Además, los médicos han prohibido a la menor participar en experimentos escolares que desprendan energía estática.
