Si hay una región en la que la tormenta de la crisis está arreciando de manera especial, esa región es Europa. Una Europa que debe reaccionar para superar la percepción que de ella tienen hoy los mercados y poner en valor sus fortalezas.
En esta situación, la claridad en el diagnóstico, la firmeza en los compromisos y la confianza en las propias posibilidades son fundamentales, y puedo asegurar que esas son las bases desde las que está actuando el Gobierno de España. Claridad en el diagnóstico porque somos muy conscientes de que, a la crisis internacional, en España se añade el colapso del sector de la construcción, que tan grave secuela de paro nos ha dejado, y la necesidad imperiosa de cambiar nuestro modelo productivo. Firmeza en los compromisos porque llevaremos adelante la reducción del déficit, desarrollaremos la reforma laboral, transformaremos las políticas activas de empleo y haremos sostenible nuestro sistema de pensiones. Y confianza en nuestra fortaleza porque somos un país solvente con un sólido sector financiero y una ciudadanía que ha sabido superar las situaciones difíciles, y no han sido pocas, a lo largo de su historia democrática.
Esta es una tarea de todos. Todos tenemos trabajo que hacer, y el Gobierno está empeñado en liderarlo en permanente diálogo con los grupos políticos, con los agentes económicos, con la sociedad en su conjunto. Y sin dejar a nadie en la cuneta. Ese es nuestro compromiso.
