Teníamos un Plan B

Después de muchos equilibrios y de más cabriolas que un caballo de rejoneo, el Gobierno ha sometido el Plan B de la economía española a su votación urgente y perentoria. Aquí todo es urgente y lo que no está en alarma; son los dos estados posibles en el reino. Ese Plan B se parece mucho al Plan A, tanto como si fuera una edición corregida sin las erratas que suelen tener las primeras entregas.

El Gobierno también legisla para las erratas, lo cuál es un detalle sintáctico.Elena Salgado es el Plan B de Solbes que era el “plan” hasta que nos obligaron a tomar otras medidas. Igual con tener un solo plan y que éste fuera el adecuado nos iría mejor pero eso no toca, por lo menos de aquí al 16 de enero, (previsible fecha en la que acabará el estado de alarma), las cosas deben quedar más o menos congeladas en el tiempo. Sepan los Reyes Magos que su trabajo es considerado un servicio esencial y a poco que se despeinen les ponen a un par de coroneles a controlar la caravana de los camellos. En el fondo por eso viene la prórroga porque Zapatero tiene miedo a que los Magos también se pongan en huelga y los niños le monten un “jari” de mucho ruido. Sólo faltaba cabrear el colectivo de niños que esperan con ansiedad la llegada de los Reyes Magos.

Como es costumbre tardaremos un tiempo en saber por qué se puso en marcha el Plan B. Igual que todavía no sabemos si llegaron a repartirse las bombillas de Miguel Sebastián. Es mejor no preguntar mucho, no vayan a poner en marcha el Plan C.

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