El GPS se ha demostrado un instrumento muy útil a la hora de guiar a los automovilistas pero no es infalible y hoy encontramos en la red dos claros ejemplos, uno de ellos con final feliz y el otro con dramáticas consecuencias. El primero de ellos, el más trágico, ha tenido lugar en nuestro país, este fin de semana, cuando un hombre de 37 años y nacionalidad senegalesa falleció tras caer su coche al pantano de La Serena, en la localidad de Capilla (Badajoz). Al parecer, el dispositivo GPS del vehículo, en el que viajaban dos personas, señaló una antigua carretera que acababa en el pantano, al que cayeron dado que la oscuridad de la noche no les permitió frenar a tiempo, explicó la Cruz Roja en un comunicado. Aunque, los dos ocupantes, que se dedicaban a la venta ambulante, pudieron salir del coche, tan sólo uno de ellos logró alcanzar la orilla a nado, mientras que el conductor se ahogó. El superviviente del accidente sufrió policontusiones de carácter leve, por lo que recibió el alta ‘in situ’, según información del Centro de Emergencias 112 de Extremadura.
El otro caso, del que se hace amplio eco la prensa peruana, es el de un conductor suizo que tuvo que ser rescatado por un helicóptero después de que su sistema de navegación lo guiara hasta la cima de un cerro. Al parecer, Robert Ziegler, de 37 años, se dejó llevar por su GPS hasta que llegó a una loma y fue incapaz de seguir avanzando o de dar la vuelta, por lo que los equipos de rescate tuvieron que sujetar la camioneta con un arnés y elevarla con un helicóptero para poder sacarla del aprieto.
