Como miembro de honor del club de los despistados, que un día voy a tener que apuntarme en la agenda hasta la necesidad de respirar, hay noticias que le alegran a una la mañana ya que siempre consuela mucho que hayas personas mucho más distraídas que tú y cuyo error tenga la facultad de convertirse en noticia. Porque no me digan que no es toda una metedura de pata dejarse la puerta del banco abierta, como les ocurrió a los empleados de la sucursal del HSBC de Tadley en Gran Bretaña. Menos mal que un honrado ciudadano que pasaba por allí se dio cuenta y avisó a la Policía, cuyos agentes se quedaron ante la entidad bancaria hasta que llegó el encargado con la llave, comprobando posteriormente que todo estaba en orden y que no faltaba nada. De momento, los responsables están investigando los motivos del peculiar olvido ya que al parecer la puerta estuvo así toda la noche, por lo que parece probable que al culpable/s se la caiga el pelo.
Y hablando de despistes que cuestan caros, muy caros, hay que destacar el del ladrón que fue detenido gracias a una foto que se hizo él mismo… de su mano. El caco que se llama Stephen Taylor robó unos relojes y no tuvo una idea mejor que hacerse una fotografía con su teléfono móvil sosteniendo la mercancía para venderla. Expertos forenses compararon esa imagen con el registro de huellas dactilares, donde estaba el delincuente por delitos anteriores y le trincaron. Y es que hay que ser tonto.
