El año 2010 se presenta en este momento como un próximo periodo de tiempo que abre tímidamente la puerta a la esperanza de que la gran crisis económica global que afecta a todo el mundo conocido comience por fin a remitir. En los análisis que se realizan en los grandes medios de comunicación internacionales sobre la posible evolución de los temas más candente en los 365 venideros parece existir un cierto consenso sobre cuáles pueden ser los principales asuntos de interés que centren la atención de los especialistas en los próximos doce meses:
El tímido regreso del crecimiento económico y su escaso impacto sobre la creación de empleo: Un binomio desesperanzador que es casi una certeza para la mayor parte de los columnistas especializados. Aún así las apuestas se mueven en una banda de cierta amplitud que va desde un posible repunte de los mercados laborales en primavera, en la versión más optimista, hasta la posibilidad de que quede más de un año para que se salga del túnel.
Incertidumbre sobre las Bolsas: Aunque 2009 ha sido mucho mejor de lo previsto desde el punto de vista de la renta variable, muchos expertos creen que en abril, o quizá antes, podría producirse un nuevo batacazo que sirviera para ajustar el precio de estos activos a su situación real. Los temores se extienden a los mercados de deuda.
El dólar empezará a despertar. Aunque su despegue quizá quede para el segundo trimestre del año. Mientras tanto, el oro aún ganará posiciones, aunque a menor velocidad que el año que ahora termina, y el precio del barril de crudo se elevará hasta ajustarse en la banda estable entre 75 y 80 dólares que los países productores integrados en la OPEP han definido como correcta a medio plazo.
Los cambios en la supervisión financiera seguirán sin definirse, aunque habrá algún que otro avance en la definición de mecanismos mínimos de control mundial.
Además, el próximo año se antoja decisivo para el futuro de dos sectores muy golpeados por la crisis. La automoción, que tiene que intentar caminar en solitario tras haber sorteado la crisis gracias a las ayudas públicas y la aviación comercial que, justo en estos últimos compases de 2009, ha vuelto a verse golpeada por la amenaza terrorista que tuvo un protagonismo fundamental en el inicio de sus dificultades que duran más de una década y no terminan de resolverse.
En el sector tecnológico, uno de los pocos en los que se espera crecimiento, se producirá la batalla final entre los fabricantes de smartphones, el terminal de moda. Una pugna que ha quedado definida, por el momento, entre Apple y Nokia, pero a la que se unirán otros grandes actores como Motorola, Siemens, Google y Microsoft.